Wednesday, August 18, 2004

Hay de casas a casas, hasta llegar a cinco

No me ayudes compadre, debería decir Amalia García Medina al desenfrenado periodista que, sin que medie prueba alguna, libra tremenda defensa en impreso, por ella, sí, sí, por ella.
Pues ni el abogado de la doña y presidente del PRD en Zacatecas pudo haber sido más elocuente, grandilocuente y grandilocuaz al exponer, a los cuatro vientos, el total de moradas de esta señora cuyo trabajo o compromiso laboral estaba en el Distrito Federal, y lo sigue estando, pues “anda ausente del bien…” (Se los dije, al rato va a salir que no era Chile, sino Chilitas el sitio que ella visitaba en días recién pasaditos).

Y veamos esto de las muchas residencias que doña Amalia deberá incluir en su declaración patrimonial, sí señor.
Gobernadora, como aspira a ser, de uno de los estados más pobres de la república, uno que obliga a la mitad de sus moradores a rifársela en diáspora para buscar trabajo, pues en casa no hay.

Acá le incluímos una foto con muchas más de cinco casas de interés social, de las que se construyen para el común de las personas. Cinco de esas, parecería excesivo para cualquier familia de ingreso promedio en Zacatecas. Pues una, una nomás, es lo que pueden adquirir, con el sueldo de toda una vida, la mayoría de los Zacatecanos, sea la familia del tamaño que sea. Imagínese, contando por color, el equivalente a cinco de estas casitas… cinco familias, cinco salarios, cinco presupuestos, cinco hipotecas…y unos veinticinco de familia, hacinados en espacios de dos por dos… hasta sumar los treinta y seis metros cuadrados que constituyen el patrimonio familiar, de color verde, o durazno, o azulito.

Hay de casas a casas, sume a la vista estas apretadas viviendas que no serán, eso se sabe, como las cinco de Doña Amalia.

Ahora que si caemos en la cuenta que cinco de esas pudieran bien caber, holgaditas, en una de las cinco residencias de Amalia García, pues el problema se agranda… o se multiplica en ofensas la ofensa que las generó...

Hablemos de las cinco moradas, tal y como las describe, el apasionado defensor, vía su columna en prensa local:

La primera: Su residencia familiar en Tacoaleche, donde ha estado despachando en las últimas fechas.

La segunda: Se encuentra en Bernárdez, en donde vive con su hija, Claudia Corichi.

La tercera: Es la que el leguleyo aduce “su casa formal”, cuya dirección ofreció al IEEZ para registrar su candidatura, y que se encuentra ubicada en la colonia Lázaro Cárdenas.

La cuarta: Es una finca en el centro de Guadalupe, que la interfecta alquiló para ocuparla durante su mandato.

Y, todavía le endilga una quinta, la de la Sierra de Álica, en donde vivirá, según la misma voz, por ser la casa del gobernador.

Cambia de casas, literalmente, como de zapatos

¡Vaya, vaya! Una para cada día hábil… De a una por día, para no hastiarse del espacio habitual. O como Napoleón, escabullirse de las multitudes que la aclaman… Parecería que esta señora, encumbrada por la votación de un cuarto de la población votante de su estado natal, podría hacerle la competencia en haberes a los muchos palacios de cualquier jeque (no decimos nombres, para no exagerar).

Y vaya también que nos parece tremendo caserío para alguien que asegura ser de estirpe comunista, social demócrata o denominaciones como esas.

Y todavía faltan por sumar… la casa que ocupó en el Distrito Federal, que no fue y vino durante su presidencia del PRD en esa capital, más las que se acumulen en las próximas semanas…

Ni tanto que queme al santo, dirían las abuelitas… No será que en eso de hacer alarde de las cifras, como le comentábamos ayer, se fueron de la lengua quienes no encuentran argumentos sólidos.

Porque volvemos a insistir, comprobar residencia está muy fácil. Vecinos que la ven salir y entrar; el dueño o dependiente de la tiendita que le vende los chescos y las botanas; el taxi que la depositó en la puerta de alguna de sus muchas residencias; la evidencia habitual, el correo, los cobros a su nombre, las fotos con el número de referencia, el poste de la luz, el arbolito… etceterilla.

Pero no creemos en aparecidos y la lógica supone que durante los años que fue presidenta esta señora García Medina habitaba alguna casa ya se a propia o de alquiler en el Distrito Federal… así que les adelantamos, a los defensores de sus muchas residencias en Zacatecas, que no les creemos nada de nada.

Ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco… suena a canción de parvulitos…o aprendizaje de las sumas… hasta cinco.

Amén de que la vimos, con nuestros propios ojos, hospedarse en el centro de la capital, en el hotel más céntrico cabe aclarar… y que en ocasiones se hospedó también en aquel que tenía el nombre de Aristos, hablamos del 1998, 1999, 2000, 2001, 2002.

Pero todo se explica para un lado o para el otro. Capaz de que nos dicen que en los hoteles nomás despachaba o vaya usted a saber.

El caso es que entre que impugnan y no… pues la defensa suena demasiado insistente, pertinaz, cinicona…

¡Señora nuestra de las cinco residencias!

El documento que sigue consultar es el de su delaración patrimonial… o qué… los funcionarios de partido no hacen una y eso le sirve para hacerse de casas que luego no se sienten compelidos a declarar cuando se hacen funcionarios…

¿Y como diputada no hizo declaración, pues lleva tan poquito…?

Por si acaso aquí les proponemos la entrada para su canción

Que de donde amigo vengo
De las casitas que tengo por allá por Guadalupe
Unas casitas chiquitas… etceterilla


O que se cambie la visita tradicional de las casas, de siete a cinco…

Hagamos la visita de las cinco casas…


Que no se vayan a apostar escoltas pagadas por el pueblo en cinco casas, pues resultará como si se tuvieran cinco gobernadores…

Que no se vaya a pretextar las cinco residencias para no saber nunca que la gobernadora anda fuera, de viaje, o gobernando por aparatos, por allá por la capital…

Que la audiencia pública no se convierta en un peregrinar de casa en casa, interminable e incómoda para quienes buscan audiencia…

¡¡Ay ay ay ay, tema pa rato el de las cinco casas!!

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