Monday, July 05, 2004

Cifras vemos, topografías no sabemos

Es elocuente la pérdida que sufre el PRD de 9 de 16 municipios entre los que se cuentan Jalpa, Atolinga (todavía en empate), Apozol, Juchipila, Concepción del Oro, Trancoso, Jerez, Villanueva y Villa Hidalgo. Cierto, gana 23, a los que el sexenio monrealista golpeó y hoy deciden castigar a esos otros partidos que no pudieron proveerles de satisfactores. El PRI perdió 18 de 27 municipios. Claro, ganó 10 y conservó 9, quizás en número mayor se acrisolan los triunfos duraderos de ese que fuera alguna vez el partido oficial. El PAN perdió aún más. 11 de 11 municipios que gobernaba en el 2001. Ahora, su suerte se renueva con apenas 5, posiblemente 6, aunque con algo cuenta el blanquiazul, el interés de muchos que seguirán el curso de los hechos en Jerez, desde Nueva York, hasta San Francisco y a lo largo de toda la frontera.

Los resultados, además, hacen evidente que el PRD no gobernó con la misma cuchara para todos los municipios. Que el semidesierto y los cañones, al igual que el norte, tradicionalmente perredista, resintieron seis años de abandono y por eso prefieren ceder a las presiones de una elección de estado.
Habrá que decidir si con más de la mitad de posiciones perdidas, se puede cómodamente hablar de monrealismo. Pero ellos, los del círculo de Ricardo Monreal, insisten, cuál pandilla cohesionada en torno al espejismo de la imagen y las declaraciones espectaculares. ¡No sorprenda esto a nadie! Para muchos, incluso de entre sus candidatos hoy electos, la Zacatecas de adentro se presenta como una nebulosa de Villas y poblados de nombre poético y realidades poco glamorosas.
Llaman la atención, y a lo señalamos ayer, ante las primeras cifras, Jalpa, ganada mediante la propuesta de un expanista y, ahora, devuelta al PAN. No hicieron mella en Jalpa los esfuerzos carreteros ni la orquestación de proyectos glamorosos que nunca acabaron de concretarse. A los años de rezago, el palabreo perredista le cayó como en el vacío. Hoy, prefieren el malo conocido, es decir, vuelven el tiempo a lo que sienten no debieron abandonar.
Como un punto o un tache, dependiendo de donde se le vea, se presenta el triunfo avasallador de Andrés Bermúdez en Jerez. El Rey del Tomate, asolado por la prensa monrealista o amonrealada, ganó sin inmutarse, a pesar de las críticas, con un amplio margen en los primeros resultados, él sí, de 8308 a 6139.
Pocas figuras tan controversiales podrían preciarse de obtener el triunfo dos veces, en un municipio aguerrido como el de Jerez. Y miren, la victoria de Andrés queda como la muestra más evidente de la falta de visión monrealista, que puso por encima de este rey colorado la gris figura del tepetongense Otilio Rivera. No se equivocó al repudiar su propio municipio el influyente chaparrito, que Tepetongo no es priísta, ni de fachada ni de corazón. A las cifras me remito, pues con un “amplio margen” se lo lleva el PRI, para satisfacción del saliente Jaime Ávila Salas.

Ahora bien, examinemos las áreas conquistadas por el PRD a la vista de un mapa. Estas coinciden, no es casual, con las más económicamente lastimadas por el monrealismo. No son, claro, Guadalupe, Fresnillo o Zacatecas, ya cooptadas de antemano, vía la chamba, las cortas, los huesitos. Se trata en cambio del semidesierto, punto tan vulnerable. ¿Qué fue de la actitud aliancista con la que convocó Don Ricardo en Apozol a Gelasio Huerta Briones, Natalia Gámez Ochoa o Francisco Xavier López García. Fueron de a devis sus anuncios de tratar a todos los municipios por igual, con justicia e institucionalidad, no importaba el tinte partidista. Obviamente no. Hasta allá no llegaron las carreteras, las inmobiliarias, los bonos. Para allá no hubo bonanza, ni empresas, ni desarrollo económico. ¿Cuántos proyectos agroindustriales se compartió con los llamados conjuntos a hacer funcionar el tres por uno…? Para Nuevo Mercurio y Santa Rosa; para Tanque Nuevo o San Tiburcio, el progreso depende del futuro, de las tan esperadas remesas, de la supervivencia de sus hijos e hijas en éxodo.
Ni siquiera el PRD pudo conservar su cuñita semidesértica. Pierde, él también, el mínimo territorio ganado en la demarcación de Concepción del Oro. La alternancia privó en la mente de los más desprotegidos del régimen. Lo ocurrido en Concha, que hoy queda otro color como quien lanza al aire una moneda, vaya de muestra.

¿Alguien dudaba que fuera ésta una elección de estado? No podríamos hallar respuesta más expedita. El PRD retiene de siete municipios los cuatro que concentran el mayor número de habitantes dependientes del sector público y de los fondos federales que se reparten, siempre en sitios a donde llegan la batería de la cámara y del reflector. Son ellos también, los favorecidos por el caciquismo á la Monreal, los amenazados sin no jalan, los que bien saben que nada deben arriesgar.

¿Habrán acaso perdido Valparaíso y Jiménez por las políticas gestoras exitosas del equipo de asesores de primera con que contaba Ricardo Monreal?
La pregunta deja para la reflexión futura el episodio de Pajaritos. O era pretexto de esos que tan al pelo llegan cuando uno intenta ocultar problemas más profundos y crisis más severas.

¿Y tantos kilómetros carreteros, conectando hacia el sureste y el sur de qué sirvieron Ricardo- de- los-cien-días?

Ahora vayamos momentáneamente a discutir eso del “amplio margen” que los medios nacionales ya pregonan a favor del PRD, con aires de gran triunfo. ¿A qué se refieren?

Otra vez, deslumbran a los menos las cifras del medio urbano. Pero salga del límite marcado por esos cinturones de miseria acicaladitos en los que se han convertido los complejos habitacionales del INFONAVIT y del FOVISSSTE. Ese mundo de pacota que puebla hoy a Guadalupe y a Fresnillo, a la desfigurada Zacatecas. Verá los números fríamente; Monte Escobedo se debate en un 1250 a 1002; El Salvador, luce su 834 a 825; Sombrerete hace descollar al triunfador con menos de quinientos votos, 6533 a 6089, empoderando al tercero en discordia con un total de 6068, nada despreciable. En Mezquital la diferencia no rebasa los cincuenta votos; así también en Francisco R. Murguía y Río Grande, donde el peor enemigo del monrealismo, por seis años consecutivos y, ya, tres elecciones, fue Ricardo Monreal Ávila.
Números más, números menos, la baja participación ciudadana habla de una gran indiferencia, o indiferencia y desconfianza, o indiferencia, desconfianza y desencanto.
Y desafía en la elocuente secrecía del voto, todo ese alarde con que se encumbró, desde la prensa, a Ricardo Monreal.
Sí, claro que en Zacatecas se vota por el cambio, pero acá cambio se traduce lo mismo por el PAN, el PRI o el PRD.
Ninguno de estos partidos puede cantar victoria, ni carros completos, ni cifras arrasadoras. No hubo victoria, sería más honesto decirlo. Todos perdieron; el primer perdedor, el estado, que fundó su futuro, su papel nacional, su valor de entidad en abstracto, en la corta visión de un gobernador cuyos intereses no han dejado ni dejarán de ser, jamás, estrictamente personales.

¿Y doña Amalia?

El monrealismo la deja vulnerable en un ni chicha ni limonada que enfrentará rodeada de gente por demás impopular.
¡Sacúdaselos, tocaya! Entre que si se queda o no con el triunfo y respira porque es obvio que ni López ni Bonilla pudieron contra el buldózer estatal… Pero no olvide que las huellas dejadas por sus patrocinadores son demasiado obvias… No olvide el asunto de su residencia, que puede volver a aparecérsela, en uno de esos pasillos desolados de la ciudadela del arte, que dizque acaban de inaugurar…
Fantasmas de esos harán peligrar su futuro, amiga, no se descuide. Pero, sobre todo, sepa que no podrá repetir viva la pesadilla del inmovilismo monrealista.
Si así lo cree, dedíquese a remozar kilómetros de asfalto aéreo y a repetir la faramalla de una política cultural por encimita, que se sostiene en base al número de eventos de ínfima calidad y de butacas, llenas o vacías.

¿Los reprobados, según nosotros?

El que cambió votos por carreteras;
El que asegura que la educación va viento en popa, y es pan comido en sus manos;
La secre de los dineros que les fueron escamoteados a los más pobres, del norte y del sur;
Los gestores de los asuntos legales, incluidos cuatro secres de gobierno y una cuñada de impresionante trayectoria, no estoy segura para quién…

Y bueno, no le seguimos, se acaban ya el tiempo y el espacio.

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