Saturday, February 03, 2001

Se alquilan públicos

La consulta:

Públicos, bonificaciones, paquetes de temporada... Así decía la publicidad de una mampara, colocada sobre la avenida. Me detuve a preguntar. Después de todo, últimamente acudo a espectáculos que siempre están vacíos. ¿Se trataba de eso? Y sí. Me enteré que aquel aviso tenía que ver con una nueva modalidad. Si organiza una junta de padres, decía el cuadríptico que ahí me obsequiaron para abundar en los servicios de la empresa, le proporcionamos una base mínima de padres actores.
¿Pero qué clase de negocio es este? Si no hay tanta demanda para públicos. De pronto, me sentí invitada a las páginas de Nicolás Gogol y su misterioso comprador en Las almas muertas.
-¡No! -Avanzó espontánea la vendedora de públicos- No es fácil reunir gente. Fíjese, la semana pasada tuvimos la solicitud de un nuevo negocio que pedía actores clientes para su fiesta inaugural.
-¿Qué otros públicos podrían solicitarle... –interpuse al tiempo en que venía a mi mente el consabido grupo de acarreados- seguidores, adeptos... ¿de qué tipo?
-Se equivoca, dijo la empleada –cuál si se hubiese introducido en mi cabeza, para influir sobre mi desacato-. Para mítines políticos, no hay tanta demanda entre nuestra clientela.
¡Parecía tan segura, tan contagiada de lo actual!
Nos contratan tiendas, clubes, universidades, empresarios de conciertos, academias de deportes, restaurantes. Es importante que haya gente en fila, en los bancos, cuando se va a solicitar un servicio. De común, si no hay nadie, se da por malo lo ofrecido. La demanda debe de ser visible para que suban los precios, la popularidad, los ratings. Vamos a ver... ¿cuál es su ramo?
Modesta, convencida, porque me sentí más allá de la lógica que mostraba visiblemente mi experta en ventas... dije que yo jamás requería de mucha gente alrededor de mí... la indispensable llegaría con un motivo preciso que tratar.
-No creo, urgió...
-Escribo libros... apuré, para verla atrapada, en ridículo... requiero de estar casi siempre sola...
-Pues le vendría muy bien... -dijo haciendo una pausa en la que creí ver cierto dejo de ironía- ...caminar por la calle con algunas personas alrededor de usted. Para su caso, disponemos de tríos... ¡nuestra ganga del mes! No conversan, el precio no lo incluye, sólo la siguen, por donde va, sonrientes... Pruebe a ver qué tan efectivo es que los demás crean que tiene lectores, fans. Acudirán a averiguar de quien se trata... Si nadie la conoce, ni la rodea... ¿quién va a querer comprar sus libros?

La receta:

No se asuste, amiga. Usted padece un caso típico de mal de ojo. Tendrá que encender una vela blanca, durante ocho días y tomar tres infusiones de hierbabuena con albaca, al despertar, después de la comida y antes de dormir. Un retiro en el campo le quitará la idea de que mucha gente junta puede ser peligrosa. El reposo y la fruta dan cuenta de los extraños pensamientos.

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